Perdóname porque no mantengo nutridos los zapatos, ahora hago un look-back y me veo con pocos años esos domingos por la tarde poniendo kanfort, aprendiendo con la crema y después de secar sacando brillo.
No llevo limpios los zapatos del polvo del camino; y recuerdo esos 5 de enero a la vuelta de la cabalgata colocando en el salón los zapatos después de haberle dado el último retoque, bien brillante, bien limpito y llenos de caramelos
Perdóname por que hoy de nuevo otro domingo más, después de tanto tiempo vuelvo a sentarme para limpiar zapatos viejos. Para que reluzcan como nuevos.
lo diario no es monótono ni aburrido cuando sabemos separarnos y mirarlo con otros ojos. atrévete!
viernes, 27 de abril de 2018
Unos zapatos viejos como nuevos
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